Cada palabra es una ovejita

Cada palabra es una ovejita

Cada palabra es una ovejita

Las palabras que transmitimos tienen una energía que se dona. Cuando salen de nosotros, son como ovejitas iluminadas que llevan la Gracia allá donde Gracia no hay: lugares con espinas, enfermedades y desgracias, lugares de gran sufrimiento.

Podemos transmitir palabras que son como ovejitas, cuando llevan la Energía y la Gracia, donde residen las dificultades.

Cada palabra es una ovejita si se manifiesta en positivo, pero si es una palabra de ira, resentimiento o incluso odio, se convierte en una gran carga.

Podemos incluso pensar en estar en una camino espiritual, pero si tenemos un impulso que, cuando se solicita, manifiesta palabras como piedras, debemos considerar que se convierten en un obstáculo para el hermano o hermana a quien se dirigen.

¿Qué puede hacer la persona que se enfrenta estas palabras? Puede invitar dichas palabras a volver a su dueño porque no hay lugar para ellas. El dueño dichas palabras, por lo tanto, tendrá que comprometerse a recuperar y transformar todo el mal que ha sembrado.

Por lo tanto, es importante prestar atención a las palabras que provienen de nosotros.