Juan Batista

Juan Batista

Juan Batista

Juan Bautista, en cambio, es un Ángel de Dios, que ha sido enviado a la tierra para preparar el Camino al Salvador. Efectivamente, Jesús dice: “Él es del que está escrito: “Yo mando Mi Ángel ante Ti, para preparar Tu Camino ante Ti”. Y una vez más, Juan el Evangelista, en el Prólogo, dice a propósito de Juan Bautista: “Él no era la Luz, sino que vino para dar Testimonio de la Luz”.

Juan es la parte mejor que la Creación podía presentar en preparación a la llegada de la Luz Generada.

Juan es el último Profeta, que cierra el ciclo de los Profetas; además le ha sido confiada la delicada Tarea de edificar el Puente Espiritual entre la Ley y el Amor Generado traído por Jesús. Jesús dijo: “Yo no he venido a abolir la Ley, sino a Perfeccionarla”.

Esto nos hace comprender que la Ley no era perfecta, sino que se había hecho necesaria para devolver el Orden entre las criaturas, que se habían perdido en el desorden Espiritual, sea en el cuerpo, sea en el alma y sea en el espíritu.

Para llevar la Perfección en la Ley, Jesús nos ha traído los dos Mandamientos del Amor: “Ama a Dios sobre todas las cosas y ama al prójimo como a ti mismo”.

Jesús nos ha traído una novedad absoluta: “el Amor”.

El Amor con la “A” mayúscula ha sido traído por Jesús, Quien lo había recibido directamente del Padre Generador.

Jesús no nos dice que amemos a Su Padre, el Padre Generador, sino que amemos a nuestro Padre, Dios, sobre todas las cosas; sólo después conoceremos al Padre de los Padres: el Generador.

Las criaturas conocían el amor con la “a” minúscula, que hace esclavos a los seres mediante las atracciones de los sentidos y los lazos de sangre; es un amor ilusorio, que aprisiona el alma en cadenas difíciles de desatar.

El Amor, traído por Jesús es libre y hace libres a las criaturas que lo acogen en su corazón.

Hasta la llegada de Jesús, Dios había manifestado Su Luz, a través de sus mensajeros, pero había retirado Su Amor, para que los seres caídos dispusieran de menos energía que derrochar en el error.

Por eso, Jesús presenta una novedad absoluta a la Creación que desea ser redimida, porque el Origen de Jesús es anterior a la Creación.

Efectivamente Juan Bautista dijo: “El que viene después de mí, es antes de mí”. La gran Tarea de Juan era la de reconocer a Jesús Verdad e invitar a aquellos que estaban preparados, a seguir a Jesús.

Juan Bautista recibió una Tarea de Dios que le dijo: “Aquel sobre el que verás descender y pararse el Espíritu, Ese es Mi Hijo dilecto que bautizará no en el agua, sino en el Fuego: el Espíritu Santo”.

Por esto, Juan Bautista tenía que prepararse para reconocer al Mesías, el Salvador, y ante Jesús pronunciar la frase: “Es bien que Yo disminuya y Él crezca.”

Un agradecimiento al Ángel de Luz, proveniente del Infinito Corazón de Jesús.