Zaqueo pone todos sus esfuerzos para ver a Jesús, trepando por un árbol para tratar de conocer la Luz y la Energía que lo hicieron tan especial.

Entonces Jesús entra en su casa, pero no pregunta nada, es Zaqueo quien dice: “la mitad de mis bienes se los doy a los pobres; y si he engañado a alguien, le doy cuatro veces tanto”. De hecho, se había enriquecido utilizando la astucia y robando, pero la presencia de Jesús le permitió ver su situación.

Zaqueo era un hombre muy rico, pero había visto en Jesús una riqueza espiritual que era mucho mayor que todos los bienes que había acumulado: la Riqueza del Padre Generador.

Así es que Jesús le revela: «para esta casa hoy llegó la salvación», puesto que sabía lo que Zaqueo había comprendido, y vio en él la buena voluntad de cambiar para mejorar su condición.

Las riquezas materiales nos impiden elevarnos hacia los Cielos de lo Sobrenatural, por eso es necesario poder dar nuestra riqueza a los pobres, pero si ésta es el resultado de robos, ni siquiera un pobre la acepta – porque hay un precio que pagar – y así esta energía resulta una carga para la criatura que no puede elevarse.

Es muy importante estar alerta para no robar, ya que estas fuerzas nos impiden entrar en Comunión con el Padre, y se transforman en graves enfermedades.

El Padre no mira el pasado ni los pecados de cada criatura, vino a SALVAR TODO Y A TODOS.

Si no entramos en Cristo Jesús, siguiendo Su Ejemplo, seguiremos vinculados al nacimiento mortal y a todas las enfermedades y desgracias que éste conlleva.