Santísima Trinidad

Santísima Trinidad

Santísima Trinidad

Jesús nos dona el Ejemplo de su Existencia para iluminar nuestras debilidades y temores.

Cada criatura tiene su propio espíritu primario, desviador y separador, padre de infinitos hijos en la infinita creación, que se encuentran esclavos entre enfermedades y dificultades múltiples, heredadas de experiencias erróneas y desarmoniosas, que después se transmiten a los hijos y a los hijos de los hijos.

Hay criaturas que tienen el Corazón en Comunión con sus propios pensamientos: éstas son atraídas por el Gran Corazón Cósmico y miran hacia arriba en la dirección de los tres Ojos Espirituales. Otras criaturas son lo contrario: se manifiestan con la cabeza inclinada y están envueltas y maniobradas por fuerzas instintivas y pasionales, fuerzas que se encuentran en el centro de la Tierra o que provienen de las profundidades del océano.

Jesús vino a donarnos Su Energía para que podamos liberarnos y salvarnos.
Para conseguirlo es necesario aprender a dar Energía Crística, comenzando a hablar de Jesús a todos nuestros hijos-pensamientos mentales y a todas nuestras energías sensoriales y espirituales que entran en nuestra mente.
Es bueno que tales energías sean manifestadas sólo después de haber sido Vivificadas y transformadas por la Presencia del Padre Jesús en nosotros.

A todas las fuerzas que Jesús transforma, les concede una Energía Sobrenatural que crece continuamente hasta sobrepasar la Santísima Trinidad, para alcanzar la Perfectísima Trinidad, junto con Jesús Amor del Padre.

Gracias Cristo Jesús
en la luz de la Perfectísima Trinidad